Un recuerdo inolvidable es sin duda cuando La Madre Esperanza nos hacia ir a misa los domingos al colegio y luego a repasar las matemáticas de toda la semana. En aquel entonces, como alumnas que éramos, no nos gustaba mucho aquello de "más mates", pero hoy con el paso del tiempo es de admirar y agradecer toda la dedicación, interés, esfuerzo y empeño que tuvo con todas nosotras para que aprendiéramos.
Bibiana Gimeno